La carne de cerdo es muy tierna y jugosa en sí misma, sin embargo, es incluso triste notar la cantidad de veces en que esta cae en el oscuro agujero de la monotonía; es doloroso sentenciar a las chuletas de cerdo a reposar sobre una plancha tan solo en la compañía de la sal.
El cerdo es sublime y versátil; este puede acompañarse por prácticamente CUALQUIER contorno y combina perfectamente con sabores dulces, ácidos o salados; también con cualquier textura y además, con diversos aromas y presentaciones.
HABLEMOS DE IDEAS, pues así tus platos con cerdo serán tan variados como quieras; seguramente ¡comenzarás a experimentar en un santiamén!.
Chuletas de cerdo a las hierbas
Cuando las realices dales tiempo de aromatizarse ¿cómo? Sazónalas bien antes de colocarlas en el sartén y justo luego de calentar este último y verter aceite, agrega algunos dientes de ajo. Luego, agrega tus chuletas, coloca algunas ramas de tomillo y romero fresco. Una vez sellado, agrega un poco de mantequilla y baña la pieza de carne con ella. Los aromas serán increíbles.
Recuerda completar la cocción en el horno por unos 10 minutos y ¡Listo!
Al sazonar golpea un poco la pieza y asegúrate que la sal y la pimienta (o cualquier otra especie que uses) penetre la carne y también recubra toda la superficie
Chuletas con glaseados
¿Si piensan en sidra que se imaginan? Si, un rico sabor glaseado y caramelizado. El truco en realidad se remonta a los momentos previos a tocar el sartén. Las piezas de cerdo debes cubrirlas con un marinado que contenga las especies que más disfrutas; estas deben tener una base grasa y un toque de acides, es decir, pimienta, paprika y romero, por ejemplo, además de aceite y limón. Luego, al integrar estos factores con vegetales y un licor preferiblemente dulce, obtendrás un resultado hermoso y caramelizado.
En este punto también podrías utilizar salsas pre elaboradas (la que ames y te resulte útil, mostazas, teriyakis, barbecue); cubre las piezas y permite que se cuezan juntas por algunos minutos. El resultado será interesante.
Si utilizas una brasa que te permite dejar las líneas típicas de asado será mucho mejor pues el aroma ahumado abre el apetito por sí solo.
Chuletas de cerdo en salsa de cerveza
Al incorporar licor en los marinados la carne toma un aroma particular que permite evaporar el licor mientras integras sabores que complementan el viaje. Una vez sellas las piezas, comienza a trabajar tus sabores desde allí: el sartén tendrá los sabores de la carne en él, por lo que incorporar algunas cebollas y ajo permitirán que los jugos se mezclen y el sabor incremente.
Luego al incorporar algunas papas y completar el plato con cerveza, todo comenzará a burbujear, lo que permitirá “despegar” y mezclar todos los sabores trabajados. Coloca nuevamente las chuletas y permite que se estofen juntos.
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Chuletas al ajillo
Quizás son las más comunes, pero cambiando un poco la técnica seguramente no te cansarás de ellas. En una licuadora coloca ajo pelado, cilantro, perejil (y menta si deseas un toque fresco inesperado). Cubre toda la chuleta de cerdo con ese puré y deja que repose por algunos minutos (si recuerdas hacerlo desde la noche anterior, mejor aún). Cuando las vayas a sellar, realízalo sobre un sartén caliente con aceite y mantequilla. Baña las piezas con ese “caldo de sabor”.
Cuando las sirvas, coloca un poco de mantequilla aromatizada sobre cada pieza (mantequilla más cilantro y ajo triturado).
Baña, estofa, incorpora aromas, sellados o marinados. Jugar con las chuletas de cerdo te resultará interesante y sobre todo SABROSO.