Alimentos que no se deben congelar.

Aunque es habitual congelar alimentos en nuestra vida diaria, muchas veces desconocemos cuáles son los que no deberían ser congelados y las razones de esto. Por ello, antes de comenzar con esta tarea, es útil informarse sobre estos alimentos. Lo más relevante a tener en cuenta al congelar un alimento es su estructura biológica, así como su estado (fresco, cocido o previamente congelado). Los alimentos que no se deben congelar son aquellos con alto contenido de agua, almidones (hidratos de carbono), productos lácteos o grasas, y aquellos que combinan varias de estas características. Además, los que ya han sido congelados o cocinados de ciertas maneras pueden no ser aptos para volver a congelarse.

¿Por qué hay alimentos que no se pueden congelar? Esto se debe a que sus estructuras no son compatibles con las bajas temperaturas; al congelarse, pierden sus características esenciales. A continuación, en RecetaGratis, compartimos contigo una lista de alimentos que no se pueden congelar. ¡Esta información te será útil en más de una ocasión!

Índice

1. Alimentos ricos en grasa o fritos
2. Productos lácteos
3. Huevos
4. Mayonesa, nata y salsas emulsionadas
5. Frutas que no se pueden congelar
6. Verduras que no se pueden congelar
7. Hierbas aromáticas
8. Mariscos que no se deben congelar
9. Tartas, pasteles caseros y otros postres que no se pueden congelar
10. Ensaladilla rusa
11. Pasta y arroz

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Alimentos ricos en grasa o fritos

La grasa necesita congelarse a temperaturas muy bajas y de forma lenta, por lo que la congelación en casa no siempre es efectiva. Así, los alimentos muy grasos pueden adquirir un sabor y olor desagradables, perder consistencia o volverse rancios al ser congelados. Por ello, se desaconseja congelar alimentos como huevos, cremas, mayonesa (y salsas similares), y quesos blandos, entre otros.

No obstante, existen productos que contienen cierta cantidad de grasa y que resisten mejor el proceso de congelación sin perder sus características principales. En estos casos, es crucial empaquetar bien estos alimentos para aislarlos del frío. Entre ellos se encuentran la panceta, salchichas, y carnes muy grasas. En el caso de las carnes, algunos expertos sugieren eliminar las partes no comestibles (grasa, nervios, tendones y huesos) para mejorar su conservación en el congelador. Sin embargo, depende del uso final; por ejemplo, si es carne de hamburguesa, se debe dejar cierta cantidad de grasa.

Finalmente, si se congelan alimentos fritos, que son también ricos en grasa, estos perderán sus características organolépticas: olor, sabor (se vuelven casi insípidos) y especialmente textura (se tornan blandos y poco apetecibles). Por esto, no se recomienda congelar alimentos fritos.

Productos lácteos

Se recomienda consumir los lácteos frescos. Sin embargo, la mantequilla y la nata para montar sí pueden ser congeladas (siguiendo ciertas pautas). A continuación, detallamos qué productos lácteos no deben congelarse:

• Leche. Durante la congelación, este alimento separa su parte líquida de la grasa. Al descongelarse, puede volverse granulosa o perder gran parte de sus características organolépticas, e incluso puede volverse rancia. Por ello, no se aconseja su congelación, y esto empeora cuanto más grasa contenga la leche.
• Queso. Depende del tipo de queso. Los quesos blandos o cremosos no deben congelarse, pues pierden su esencia; en cambio, los quesos duros pueden congelarse (si se envuelven primero en papel film), aunque su uso será limitado a tacos, salsas o sobre pasta, ya que se desmoronarán al cortarlos.
• Yogur. Este lácteo no soporta bien las temperaturas extremas; al descongelarse, pierde su textura y puede cortarse. Al igual que la leche, cuanto mayor sea su contenido de grasa, peores serán los resultados.

Es importante mencionar que los alimentos elaborados con productos lácteos también deben evitarse en el congelador.

Huevos

En principio, los huevos en su estado original no deben congelarse por varias razones:

• Durante su congelación, el huevo se expande, dado que contiene mucho líquido y tiene una cáscara semi-rígida; por ello, existe el riesgo de que se rompa o explote.
• Los componentes del huevo, tanto grasos como líquidos, no soportan bien el congelamiento, lo que provoca que pierda muchas de sus características organolépticas. Además, la grasa del huevo tiende a volverse rancida al congelarse, alterando su sabor y olor.

En resumen, el huevo no se puede congelar ni crudo ni cocido. Tampoco se recomienda congelar productos que contengan huevo entre sus ingredientes, como mayonesa, salsas, pasteles, pudines, mousse, y flanes, entre otros. Lo mejor es consumir los huevos frescos o refrigerados.

A pesar de lo anterior, hay excepciones a esta regla: algunas personas sostienen que los huevos cascados sí se pueden congelar con resultados aceptables. En este caso, se pueden seguir dos métodos:

• Separar la clara de la yema, guardándolas en recipientes aptos para congelar; este es el método más recomendado.
• Batir yemas y claras juntas, añadiendo una pizca de sal o un ingrediente ácido para evitar que la yema se endurezca al descongelarse.

Sin embargo, es importante resaltar que el merengue, que se elabora con claras de huevo y azúcar, no debe congelarse, ya que se humedece y adquiere una textura pegajosa.

Mayonesa, nata y salsas emulsionadas

Dado que estos alimentos son bastante delicados, especialmente si se preparan con huevo, nata y harina, en general no se aconseja congelar salsas emulsionadas porque pierden sus propiedades y/o se cortan. Sin embargo, existen algunos casos excepcionales de ciertas salsas que pueden congelarse sin sufrir daños, aunque siempre con alteraciones en sus propiedades. Es el caso de la salsa bechamel, que puede congelarse pero pierde parte de su textura.

Entre las salsas que nunca deben congelarse se encuentran la mayonesa, el alioli y la salsa holandesa, entre otras.

Frutas que no se pueden congelar

Respecto a las frutas, en general, no se recomienda congelarlas debido a su alto contenido de agua (las más acuosas contienen entre un 84-92%). Por ello, durante la congelación se forman cristales de hielo que alteran su estructura interna, afectando negativamente sus características organolépticas. Como resultado, se obtiene una fruta con textura blanda, insípida, y que puede decolorarse o ennegrecerse.

No obstante, como mencionamos antes, cada regla tiene sus excepciones: los frutos rojos, los plátanos y los cítricos sin piel pueden congelarse; de hecho, es habitual congelarlos para preparar helados caseros o smoothies, como el helado de plátano. Las demás frutas, en cambio, solo se pueden congelar si son cocidas antes o impregnadas en azúcar o almíbar.

Verduras que no se pueden congelar

Aunque la mayoría de las verduras pueden congelarse, jamás deben congelarse para ser consumidas en crudo. Es decir, no se pueden congelar las verduras para preparar ensaladas o cualquier otra receta que requiera vegetales crudos. Sin embargo, sí funcionan bien en guisos y otras preparaciones cocidas.

¿Por qué? Porque, a pesar de que estos alimentos se mantienen bien en el congelador (especialmente si han sido sometidos a tratamientos previos como el blanqueo), no conservan las características de los alimentos frescos. Así que si deseas congelar verduras, considera la siguiente breve lista:

• Verduras que podemos congelar frescas o cocidas: espinacas, guisantes, calabacín, etc. Este grupo es apto para usarse únicamente en guisos, ensaladas cocidas y otras elaboraciones que requieran cocción.
• Verduras que no podemos congelar crudas pero sí preparadas: el tomate no debe congelarse intacto, pero sí en salsa.
• Verduras que nunca debemos congelar: todos aquellos alimentos que contienen principalmente agua o almidón. Ejemplos de esto son la lechuga y la papa (aunque esta última no se consume cruda). Incluso al cocinarlas, la congelación seguiría siendo desfavorable. Estos alimentos solo se pueden consumir frescos o cocinados al momento.

Descubre Cómo congelar verduras correctamente en este otro artículo.

Patatas

Aunque ya la mencionamos, vale la pena destacarla, ya que su composición biológica la descalifica totalmente para la congelación. Efectivamente, este alimento está conformado principalmente por agua y almidón, ambos incompatibles con esta técnica de conservación.

Es interesante mencionar que al descongelarse, la patata no se estropea ni es peligrosa para la salud, pero su textura cambia, volviéndose frágil y harinosa, perdiendo sabor. Por esta razón, si deseas congelar un plato que incluya patata, no lo cocines con esta verdura desde el principio; mejor añade la patata después de descongelar el plato.

Debido a todo esto, la tortilla de patatas tampoco debe ser congelada. Esta receta incluye dos ingredientes complicados para la congelación: huevos y patatas. En principio, no se recomienda congelar la tortilla de patatas, ya que se desmorona al descongelarse. Esto ocurre por la fécula de la patata. Además, la patata pierde sabor y consistencia. Sin embargo, hay quienes la congelan utilizando el siguiente truco: congelar la mezcla sin cocinar (huevo batido, sal al gusto y las patatas fritas). Al descongelar, simplemente se debe cocinar.

Hierbas aromáticas

En este caso, ocurre algo similar a lo que sucede con algunos vegetales y la mayoría de las frutas; el alto contenido de líquido de estas plantas las convierte en malas candidatas para la congelación. ¿Por qué? Principalmente, porque pierden gran parte de su aroma, y además cambian su apariencia y textura.

Aún así, mucha gente congela hierbas aromáticas de diferentes maneras: en forma de pasta como si fuera pesto (quizás la más efectiva), envolviendo las hojas en papel de aluminio, o congelando las hojas en cubiteras (rellenas de agua, aceite de oliva o margarina derretida).

Mariscos que no se deben congelar

Aunque la mayoría de los mariscos pueden congelarse en crudo en casa (siempre que sean frescos, nunca los mariscos ya congelados del supermercado), algunos deben cocinarse antes de ser congelados o consumirse lo más pronto posible, ya que no son aptos para la congelación. Aquí tienes una breve lista que te puede servir de guía:

• Mariscos que no se deben congelar en crudo, sino cocidos: centollos, nécoras, bogavantes y cigalas.
• Mariscos que no se deben congelar muertos, sino vivos: almejas y berberechos.
• Mariscos que no se deben congelar de ninguna manera: los percebes.

Tartas, pasteles caseros y otros postres que no se pueden congelar

Dichas preparaciones contienen no solo uno, sino varios compuestos que son incompatibles con la congelación: leche, huevos, almidones y grasas. Por lo tanto, no se aconseja congelar tartas y pasteles caseros, a pesar de que algunas personas lo hacen.

En este grupo se incluyen tortas, bizcochos, magdalenas, cupcakes y otros postres similares (tengan o no relleno y cobertura). En el caso de las tartas frías, solo se pueden congelar aquellas que no contengan gelatina. En este caso, el inconveniente reside en el cambio desfavorable de las características del postre (textura, olor, sabor, apariencia, etc.), aunque es poco probable que provoquen intoxicación alimentaria.

Si deseas congelar un bizcocho y no has utilizado huevos ni leche, consulta este artículo: «¿Se puede congelar un bizcocho casero?».

Pudín, flan y natillas

Estos postres contienen huevos y leche, lo que los convierte en malos candidatos para la congelación, ya que se cortan al descongelarse y pierden todas sus características sensoriales.

Gelatinas

La gelatina se forma por medio de enlaces moleculares que, al ser sometidos a altas temperaturas, se rompen. Esto provoca que la gelatina pierda su consistencia y sabor, aunque sin efectos perjudiciales para la salud. Además, congelar este alimento no prolonga su vida útil, ya que, independientemente de cómo se conserve, durará entre 7 y 10 días. Por estas razones, la gelatina no debe congelarse.

Asimismo, los platos o postres que contengan gelatina tampoco deben ser congelados, pues perderán su textura y consistencia.

Ensaladilla rusa

Esta receta incluye dos ingredientes que son incompatibles con la congelación: mayonesa y patata (que en conjunto contienen huevo, grasa y almidones). Aunque la ensaladilla rusa no se puede congelar en su forma original, existe un truco. Se pueden congelar los vegetales (ya cortados); de esta manera, cuando prepares la ensalada, solo necesitarás descongelarlos, cocinarlos (al vapor o hervidos), escurrirlos y mezclar con el resto de los ingredientes.

Pasta y arroz

Ambos alimentos contienen almidón, lo que los hace, en principio, poco adecuados para la congelación. Sin embargo, en el caso del arroz, mucho depende de la preparación y la técnica utilizada para congelarlo. Si deseas congelarlo, puedes guiarte por las diferentes técnicas que sugerimos en el artículo: «¿Se puede congelar arroz?».

En lo que respecta a la pasta, no se recomienda congelarla de ninguna manera porque, al descongelarla, se alteran considerablemente sus propiedades. Hay personas que lo hacen, pero los resultados suelen ser insatisfactorios. La excepción está en la pasta fresca, que puede congelarse antes de ser cocinada.

Ahora que conoces los alimentos que no se deben congelar, evita exponerlos a bajas temperaturas para mantener sus propiedades y disfrutar de sus beneficios.

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