Hacer tu propio queso… ¿No suena fascinante? Es una actividad que puedes intentar en una tarde tranquila y no esta demás ¿no te parece? Muchos quizás tienen dudas sobre la frescura o los procesos sanitarios envueltos en la producción, pero haciéndolo en tu propia cocina controlarás todos esos elementos. Además, no todas las personas pueden presumir “es tal y como me gusta porque yo lo hice”.
¡Intentémoslo!
Ingredientes
- Un litro de leche
- 100 mililitros de yogur natural
- Zumo de un limón pequeño (45 ml)
- 2 cucharadas de crema de leche
- Sal
Preparación
En una olla agrega la leche y caliéntala por 15 minutos a 90 grados. Deja reposar por 20 minutos.
Agrega los otros dos ingredientes, a saber, el yogur natural, la crema de leche y el zumo de limón. Integra todo y deja reposar por 10 minutos.

Coloca nuevamente a fuego medio, agrega la sal y apenas notes que la leche cuajo (tomo una textura más sólida), apaga el fogón.
La gasa de quesería suena difícil de conseguir, pero es mayormente producida en algodón y es fácil de encontrar en tiendas de tela, pues es 100% algodón y sin costuras
Toma una tela de quesero o una gasa de quesería y ubícala sobre un recipiente; esta te servirá para colar el líquido sobrante. ¡Estás viendo tu queso! Ahora puedes agregar (opcionalmente) esa combinación de especias que siempre has querido en el queso, pero que no has podido encontrar.
Amasa el queso para distribuir uniformemente las especias o para darle la forma de queso que buscas. ¡Ojo! Amasa con la ayuda de alguna cuchara, pues estará bastante caliente. También puede ayudarte la misma gasa, pues con ella podrás apretar la preparación y darle mejor contextura.
¿Quieres que el queso sea más sólido?

Puedes apretar el queso; el proceso es simple: toma un recipiente y sobre él ubica un colador. Sobre él puedes colocar la gasa.
Estírala bien y literalmente aprieta el contenido contra el colador, tan solo un poco.
Sobre la gasa coloca alguna clase de tapa que mantenga al contenido apretado (quizás una tapa pesada o una tapa con un objeto pesado sobre esta) y así lo dejarás toda la noche.
Bonus: Cura tu queso
Curar un queso, en pocas palabras es darle un baño de sal ¿Por qué? Porque esto te permitirá proteger tu preparación y controlar la textura, incluso aportarle un poco más de sal de manera homogénea (si agregaste mucha, quizás sea un experimento que debes probar en una segunda oportunidad).
En una olla con tres litros de agua agrega 1/4 de taza de sal. Revuelve bien el agua y ubica tu queso en medio de ella.
No hace falta si lo comerás de una vez, pero si haces un queso de gran tamaño que pasará días en la nevera, aplicar este método sería lo mejor.
Reserva tu queso en tu nevera y ¡disfrútalo!
¿Sencillo no?