¿Alguna vez han hecho pan? Al principio es pegajoso y quizás incómodo sentir la harina en tus manos, pero a medida que la trabajas ella misma va tomando forma, tus manos comienzan a secarse y al final te encuentras con un producto esponjo listo para el horno.
Es un proceso arduo, pero todo parece valer la pena cuando entra en el horno; la masa empieza a transformarse y de repente ya es pan. Es un proceso tan armonioso que incluso el pan cuando está listo te llama; sí, el pan avisa que está listo porque comienza a desprender su característico olor. Si este está cubierto en especias o azúcar te lo va a decir y cuando haya reposado, podrás saber que tan bien quedó, pero ahora de manera sonora, cada vez que desprendes un bocado.
La panadería es todo un poema ¿no es así? Vamos a estimular un poco más tus sentidos, que tal si un pan está a punto de salir del horno; ya sientes su olor y además te enteras de que tiene ajo y queso. ¡Eso es un matrimonio perfecto! Sé que ya se te antojo, así que aquí te dejaremos de inmediato los ingredientes.
Ingredientes
- 300 gramos de harina de trigo
- 15 gramos de levadura
- 25 gramos de azúcar
- 80 gramos de mantequilla derretida
- 125 mililitros de leche
- 1 huevo
- 1 cucharadita de sal
- Un ajo
- 200 gramos de queso mozzarella
- Dos ramas de perejil, cilantro o ambos
- Sal
Preparación
TODOS LOS INGREDIENTES DEBEN ESTAR A TEMPERATURA AMBIENTE
En un bowl agreguemos la harina y formemos un pequeño volcán. En el centro del volcán coloquemos la levadura, el azúcar, 45 gramos de mantequilla (derrítela previamente), la leche, el huevo y una cucharadita de sal. Todo lo puedes mezclar con una batidora, con su respectivo aditivo de pan o puedes integrarlo completamente con tus propias manos.
Cuando estén bien integrados los ingredientes (tenga un color uniforme y no se distinga división entre ellos), espolvorea harina sobre una superficie limpia, seca y lisa y sobre ella, coloca tu masa para comenzar a trabajarla.

Amasa hasta que la masa sea maleable (no se pegue a la superficie ni a tus dedos) y dale forma de círculo.
Lleva tu preparación a un recipiente o bandeja apta para horno (y enmantequillada o con el método antiadherente que prefieras); luego con la ayuda de una brocha cúbrela con un poco de aceite (de oliva preferiblemente) y cúbrela con un paño por lo menos 1 hora, de esta manera la masa podrá reposar.

Mientras tanto encarguémonos de la deliciosa mezcla que hará resaltar nuestro pan: en un mortero coloca el ajo pelado, el perejil, el restante de la mantequilla y una cucharadita de sal. Esto lo majaras hasta conseguir una mezcla untable, pues esta cubrirá todo tu pan.
Toma el queso y lamínalo, es decir córtalos en trozos rectangulares con una profundidad de medio centímetro aproximadamente.
Enciende tu horno y precaliéntalo a 200°C mientras completamos la preparación
Descubre tu masa y sobre toda su superficie realiza pequeños cortes horizontales y verticales con un cuchillo. Entre los cortes ubicarás todo el queso que laminaste anteriormente (también puedes utilizar el queso que más te guste o incluso una combinación de quesos, ¡como prefieras!).
Una vez ubicado el queso, pinta sin timidez la superficie de la preparación con la mezcla que majaste anteriormente.
Lleva al horno por un tiempo de 20 a 25 minutos.
Una vez pasado el tiempo, retira del horno.
Solo me queda por decirte: ¡Que disfrutes del sabor, el aroma y del delicioso pan con queso gratinado!